Capítulos anteriores

76

Tengo miedo. Se trata de eso. Tengo tanto miedo de dejarte ir porque no sé qué puede pasar. No sé si seguirás pensando en mí o si vas a desecharme sin misericordia. Lo que más me angustia es que no puedo decirte. No puedo confesarte mis temores. Estoy paralizado. Me preguntas si estoy bien y me sonríes y me besas y yo digo que no pasa nada, pero la verdad es que no quiero que viajes. No quiero sentir que te marcharás en un avión al otro lado del mundo a solucionar tu biografía mientras yo me quedo en el departamento, pensando si estás compartiendo tu cuerpo con extraños. Sé que no eres mía. No somos propiedad de nadie, pero es la absoluta falta de certeza lo que me carcome. No sé qué puede pasar. Quizás un día, a la distancia, decidas que no quieres seguir conmigo y yo termine tirado en cama durante meses, pensando qué me faltó. Qué no tenía. Qué no fue suficiente. Pensando en qué te fallé para que decidieras alejarte sin mirar atrás. Tengo miedo de que te vayas y quede yo aterrado de volver a intentarlo otra vez. Incapaz de ponerme de pie. Yo sé que eres demasiado hermosa y no puedo pretender que estés conmigo todo el tiempo. Pero si no basto para ti, no puedo evitar preguntarme si le basto a alguna otra persona. Me dices que debes entrar a policía internacional y te dejo en la puerta automática de vidrio que nos separa y cuando ésta se cierra alzo mi brazo para despedirme pero te das vuelta con una sonrisa y ya no me puedes ver y me giro y empiezo a caminar hacia la salida de aeropuerto y siento que me ahogo y mi pecho se contrae y apresuro el paso pero las paredes parecieran estar a punto de caer encima mío e intento correr y casi tropiezo y una señora me grita algo pero no la escucho y acelero y es como si la puerta de salida quedara infinitamente lejos y ya no me quedan fuerzas y pienso que voy a caer al suelo y desaparecer, perderme en una muerte negra, infinita, y entonces, sin darme cuenta, estoy frente a las puertas automáticas de la salida y se abren frente a mí y estoy afuera y respiro el aire libre y creo que se me va a pasar esta angustia y trato de oxigenar mi cuerpo, lento, profundo, pero la sensación no se marcha y mi pecho sigue apretado y el segundo piso del aeropuerto pareciera que se me va a caer encima y tengo miedo que lo haga y me borre para siempre y ahí está la muerte negra otra vez, sonriéndome y diciendo que no puedo hacer más que dejarme llevar. Me voy a morir de angustia. Me voy a morir de pena. Te vas y no quiero que sea para siempre. Cierro los ojos. Quiero borrarme. Caigo al suelo. Me cubro. No puedo. No puedo más. Tengo miedo. Es eso. Nunca he tenido tanto miedo en toda mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario