Capítulos anteriores
26
Florencia me señala una casa de dos pisos, que asumo es un hostal. Sale vaho de mi boca al respirar y apenas se puede ver del otro lado de la calle, pero distingo a un hombre junto a su perro, afuera de una casa. Me miran en silencio, desde las penumbras. No siento miedo, sino curiosidad. Florencia entra a lo que supongo es el hostal y yo me separo de ella y me encamino hacia el hombre y su perro. Observan cómo me acerco. Levanto la mano, saludando y, en un momento, estoy frente a ambos. Es un sujeto mayor, de unos setenta y tantos. Me mira, extrañado, como si fuese un animal exótico. Su perro me huele y luego salta para que lo acaricie. Lo miro como preguntándole si puedo acariciar a su mascota y me hace un gesto de aprobación. El pelaje del perro es muy suave. Es de raza pequeña. Pelo blanco con gris. Hocico achatado. Le cuesta respirar. Sonrío por los ruidos que hace este pequeño ser y lo acaricio. Respira, nervioso, y se mueve, buscando amor. Le acaricio el lomo y hace sonidos graciosos y saca la lengua y me lame la mano como si fuese un torrente de afecto irrefrenable. Le quito la mano y lo acaricio en el lomo. Mueve la cola, en éxtasis, se tira al piso, me mira, agradecido. Me ama. Ese perro no sabe quién soy. Sin embargo, me ama. Aún si me olvida en diez minutos, y aún si jamás volvemos a cruzar caminos. De pronto, siento como si mi cuerpo se quebrara en dos. Una pena tan honda que me parte adentro. Me doblo y comienzo a temblar. El hombre no reacciona. Me observa como un animal exótico haciendo trucos desconocidos para él. Mis ojos duelen, como si fuese a llorar, pero no lo hago. Me contengo. Mi amigo canino me observa con tristeza infinita, y deja de mover su cola. Me pongo de pie y me despido con torpeza. Cruzo la calle, tambaleando, y veo que Florencia me mira desde el umbral, extrañada. ¿Qué pasó?, me pregunta. Me dolió, le respondo mientras saco mi celular, que ha comenzado a sonar. Es Franco. ¿Qué cosa?, me pregunta, aún más extrañada. La capacidad de sentir verdadero cariño por un extraño.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario