Capítulos anteriores
15
Duermes a mi lado y pienso en lo que te dije antes que cerraras los ojos. “Tienes el privilegio de estar en mi cama”. Me miraste confundido. No sabías si reír o preguntarme. Dejaste pasar el momento y cambiaste el tema, saltando la incomodidad con elegante maestría. Ahora te veo, durmiendo, y me pregunto si lo entendiste. Si lo dije de mala forma o si interpretaste algo que no era. También me pregunto si valía la pena que lo supieras. Y es que no me refería al privilegio de estar conmigo. Me refería al pequeño privilegio de entrar en este lugar. Compartir este sitio. Entrar en mi vida. No a todos los hombres con quienes he estado les he permitido dormir aquí. Hay ciertos límites para la intimidad. Éste es uno de ellos. Mi cama. Me gusta mantenerla limpia. Con pocas huellas. Un lugar seguro, donde sólo entra la gente que me importa. Mis parejas estables. Aquellos hombres en quienes confío, aún si no tengo todas las herramientas para saber si luego terminarán haciéndome daño y tan solo contándome como una más, así como yo, por despecho, los convierto luego, también, en una cifra. Una historia privada de derrota que nunca sale de mis labios. No podría mentir y decirte que nunca he tenido sexo casual. No diré que jamás he conocido a alguien en una fiesta y luego de un par de tragos he terminado teniendo sexo en el baño. Ha pasado. Pero ese hombre no ha entrado en mi cama. Son historias que mi cuerpo conoce, mi mente casi no recuerda y mi cama ignora por completo. Mi corazón olvida demasiado rápido. Cuando dije que tenías el privilegio de estar aquí, entonces, también lo dije porque debía delatarme a mi misma. Necesito que entiendas que no soy perfecta, que veo que eres honesto cuando dices que soy hermosa, pero también debes entender que puedes cambiar de opinión en poco tiempo. Quizás un día te despiertes y te preguntes quién es esta persona que está a tu lado. Y ya no seré hermosa. Y ya no querrás decirme palabras bonitas antes de cerrar los ojos y apagar tu cigarrillo y suspirar como si hubieses sobrevivido a un campo de guerra donde tu corazón estaba en peligro. Quizás pueda pasarte eso, y por lo mismo prefiero advertirte quién soy, y darte pistas de con quiénes he estado. Porque mi cama cree que no hago esto nunca, y no quiero engañarte a ti, también.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Podría darte mil elogios pero, sólo me quedo con lo esencial. Quiero seguir leyendo hasta terminar. :)
ResponderEliminar