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Me llamo Bárbara, mucho gusto. ¿Don Esteban, dijo? Mucho gusto, don Esteban. Perdón. ¿No le gusta el “don”? No estoy acostumbrada a las relaciones de oficina. Pensé que al jefe siempre se le trataba de “don”. Esteban, entonces. Mucho gusto, Esteban. La verdad es que me tomó por sorpresa el llamado. Pensé que ya no estaban interesados en mí. Pero voy a trabajar y voy a demostrarles que no tendrán motivos para arrepentirse de escogerme para el puesto. No los voy a decepcionar. ¿Sabe? Desde que tengo memoria que quiero ser editora. Corregir textos, escoger autores. Leer todo el día. No hacía lo que hacían las demás niñas en el colegio. No era buena para los deportes, no me gustaban los niños que tocaban en bandas. Me gustaban los niños que leían, que podían conversar de temas que otros niños no alcanzaban a pensar. Los niños solitarios, de almas pequeñas y con sueños más grandes que sus cuerpos. Siempre he creído que la gente que lee es mejor persona. Sé que suena pésimo y quizás pensará mal de mí, pero la gente que lee desarrolla la paciencia. No espera que le den algo rápido. Sabe que las cosas toman tiempo. Y sabe también que el tiempo de los mensajes no es el mismo tiempo de nuestras ganas de captar las palabras. Éstas avanzan a otro ritmo. Quizás porque soy impaciente, me gusta leer. Para ponerme a prueba. Desentrañar las cosas de a poco. Soy impulsiva. Me enojo con facilidad, me enamoro con facilidad y soy capaz de dejar mi vida entera con facilidad. Por eso me dedico a leer, para no tener que salir al mundo a vivir todas las experiencias posibles. Espero que alguien me las cuente con paciencia, me guíe. Me gusta imaginar que alguien me toma de la mano y me explica lo que está mal y lo que hace daño. Evita que pise las trampas que hacen sangrar los pies. Alguien desde otro tiempo se preocupa por mí. Porque, a menudo, yo misma no lo hago, y necesito que alguien me cuide, antes que termine estrellándome contra una pared de soledad. Eso son los libros para mí. En parte un escape, en parte una red de seguridad y en parte una forma de sentirme protegida. ¿Y para ti, Esteban? ¿Qué son los libros?

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